Javier Barbado. Madrid
La vocal por Islas Baleares de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE) ha instado la los gestores de la salud a fundamentar sus decisiones en la evidencia científica disponible, petición para la que ha puesto dos ejemplos del campo de la Enfermería: la existencia de bibliografía que acredita la relación entre la dotación de enfermeras en los hospitales y la disminución de la mortalidad de los pacientes, y el papel de la enfermera de enlace a la hora de evitar reingresos y disminuir la estancia media hospitalaria.
Patricia Gómez Picard, directora de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria del Ib-Salut, y vocal por esta comunidad autónoma de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE).
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La también directora de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria del Ib-Salut hizo estas declaraciones a Publicación de Directivos de la Salud como reflejo de sus conclusiones en las XXXI Jornadas de Economía de la Salud, que se han celebrado en Palma de Mallorca y ha organizado la Asociación de Economía de la Salud en colaboración con la consejería de Salud y Consumo de autonómica y el hospital mallorquín Son Espases.
Así, Gómez también ha advertido de los riesgos de las medidas anticrisis en el campo de la sanidad pese a considerarlas necesarias en el contexto actual, en especial cuando afectan a los recursos humanos de los centros hospitalarios, ya que “se puede contribuir a que aumente el riesgo de complicaciones importantes en los pacientes que, al final, generen más gasto todavía”.
Desde su punto de vista, los equipos directivos de la salud se encuentran “escorados” hacia la toma de decisiones economicistas, lo cual se comprende en un escenario de crisis financiera mundial, pero no puede obviarse “el objetivo final” de esas decisiones ni sus consecuencias, a menudo negativas como en el ejemplo del recorte del personal enfermero en los centros hospitalarios, “que constituye la plantilla más numerosa y que, por tanto, más gasta”.
Asimismo, Gómez analizó en el foro el papel de los equipos de dirección en la sanidad y, en concreto, la improcedencia de que, en comunidades autónomas como la de Madrid, se cuestionen las direcciones médicas, enfermeras o, en general, clínicas, ya que “la aportación de los profesionales justifica la existencia de directivos que conozcan sus líneas de trabajo y se coordinen con otras administraciones” para llevarlas a cabo.
Por último, puso un ejemplo de programa autonómico de reducción de úlceras por presión por medio de la prevención y el tratamiento adecuados: “Se trata de una complicación evitable en el 90 por ciento de los casos y que, sin embargo, generó un gasto [en Islas Baleares] de 12.800.000 euros en 2009”.
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